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El mandato del monoteismo, un unico Dios
La humanidad, en la antigüedad, fue naturalmente politeísta. ¿Por qué digo naturalmente?, por que era más sencillo para ese hombre-niño, espiritualmente, pensar que cada fuerza de la naturaleza era un dios.
Como él no podía comprender aún, que lo que en realidad percibía eran facetas de Dios, facetas de la divinidad, caras de la divinidad, por decirlo así, entonces le daba a cada fuerza, cada astro, el nombre de un dios, que además tenía determinadas características y realizaba cierta tarea en el concierto de su cosmovisión.
Esto no ocurrió de la misma manera en todas parte del planeta, por ejemplo: mientras India y China ya concebían la idea de un único dios, en la Mesopotamia los hebreos realizaban la mas tremenda persecución a los idólatras, politeístas, jamás vista.
El politeísmo podría concebirse como el jardín de infantes de la escuela de la humanidad, y el monoteísmo algo así como un paso de grado, aunque no podríamos por eso pensar que ya somos adultos, y que nos hayamos graduado, todo lo contrario, aún nos falta mucho camino espiritual por recorrer. Este camino siempre es grupal, y en ese grupo pueden existir unas conciencias mas adelantadas que otras.
El avance espiritual, aunque es individual, también en un punto es grupal, ya que todos somos partes de las creencias de un grupo, y Dios nos va dando las pautas de los avances a todos, grupalmente.