• Un único Dios ISBN 9789873324383, y El observador ISBN 9789873324376
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Septima plaga de Egipto


Séptima plaga.
Moisés se presenta de nuevo ante el faraón, para pedirle que los dejara salir, éste se niega y Dios envió otra plaga.
"Porque esta vez voy a enviar todas mis plagas sobre ti, sobre tus siervos y sobre tu pueblo para que sepas que no hay como yo en toda la tierra. Si yo hubiera extendido mi mano y te hubiera herido a ti y a tu pueblo con peste, ya habrías desaparecido de la tierra; pero te he dejado con vida, para hacerte ver mi poder, y para que sea celebrado mi nombre sobre toda la tierra. te opones todavía a mi pueblo, para no dejarle salir. Pues mira que mañana, a esta hora, haré llover una granizada tan fuerte, como no hubo otra en Egipto desde el día en que fue fundado hasta el presente. Ahora, pues, manda poner a salvo tu ganado y cuanto tienes en del campo; porque el granizo descargará sobre todos los hombres y animales que se hallan en el campo, y cuantos no se hayan recogido bajo techumbre perecerán". Aquéllos de los siervos de Faraón que temieron la palabra de Yahveh pusieron al abrigo a sus siervos y su ganado; mas los que no hicieron caso de la palabra de Yahveh, dejaron en el campo a sus siervos y su ganado. Dijo Yahveh a Moisés: "Extiende tu mano hacia el cielo, y que caiga granizo en toda la tierra de Egipto, sobre los hombres, sobre los ganados y sobre todas las hierbas del campo que hay en la tierra de Egipto". Extendió Moisés su cayado hacia el cielo, y Yahveh envió truenos y granizo; cayeron rayos sobre la tierra, y Yahveh hizo llover granizo sobre el país de Egipto. El granizo y los rayos mezclados con el granizo con fuerza tan extraordinaria que nunca hubo semejante en toda la tierra de Egipto desde que comenzó a ser nación. El granizo hirió cuanto había en el campo en todo el país de Egipto, desde los hombres hasta los ganados. El granizo machacó también toda la hierba del campo, y quebró todos los árboles del campo. Tan sólo en la región de Gosen, donde habitaban los israelitas, no hubo granizo. Faraón hizo llamar a Moisés y a Aarón y les dijo: "Ahora sí, he pecado; Yahveh es el justo, y yo y mi pueblo somos inicuos. Rogad a Yahveh que cesen ya los truenos y el granizo; y os dejaré salir. No tendréis que quedaros más tiempo aquí". Moisés le respondió: "Cuando salga de la ciudad extenderé mis manos hacia Yahveh, cesarán los truenos, y no habrá más granizo, para que sepas que la tierra es de Yahveh. Pero bien sé que ni tú ni tus siervos teméis todavía a Yahveh, Dios"." (Éxodo 9:14-31).

El faraón reconoce que el Dios de los israelitas es el verdadero Dios; también reconoce que su pueblo, los egipcios, no han obrado bien, pero esto no va a detener la maquinaria de Dios, sólo va a reforzar el efecto buscado.
Egipto ya es un país devastado, ni la peor de las guerras hubiese logrado este efecto.
El asunto es ¿por qué?, ¿cuál es el motivo de tanta saña?, ¿qué quiere demostrar Dios con esto?
Todo este trabajo, todas estas acciones y demostraciones son porque quiere probarle a todos que Yahveh, el dios de los israelitas, es el único dios. Éste es el único dios. Ya no hay lugar para adorar a otros dioses. El politeísmo está muriendo, y Dios lo está enterrando para siempre.
Todos deben notar que no hay dioses que estén a la altura de Yahveh, porque en realidad no hay otros dioses, y todos deben comprender que sólo hay un dios.
Hubo un tiempo en que la humanidad necesitó tener muchos dioses, o no pudo pensar en que había sólo un dios. Esta humanidad naciente, como niños espirituales, no podía pensar en que todo fuera obra de un dios, entonces lo más sencillo fue tener muchos dioses: todas las fuerzas de la naturaleza se transformaron en dioses, los astros del cielo, etc. Pero esto se terminó, ya no más, nuevos tiempos han llegado y Dios quiere que pasemos "de grado", que crezcamos. Para ello es todo esto, toda la historia, para eso es el pueblo elegido, para eso son las demostraciones de poder. Tiene que quedar grabado en todos, en los egipcios, en los que observan desde los otros pueblos vecinos, en los que leen la historia, en los que van a venir después, todos deben comprender que se debe adorar a un único dios, porque sólo hay uno, y que ese dios es el dios de los israelitas, Yahveh.

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