• Un único Dios ISBN 9789873324383, y El observador ISBN 9789873324376
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La biblia y el pueblo elegido

Ciencia y religion


Ciencia y religión, la eterna disputa.
En el momento en que algo es probado científicamente, deja de ser creación de Dios, o, si tiene un proceso lento y, supuestamente, azaroso, como la evolución de las especies, entonces, no es creación de Dios.
Estoy convencido de que nuestra corta visión, nuestro ego desmedido, nuestra adolescencia espiritual, hacen que cometamos esos errores, por otro lado, totalmente naturales y casi inevitables.
Como seres humanos, lo único que estamos haciendo es mirar detrás del telón, detrás de bastidores, como niños, lo que está haciendo ese gran mago que es Dios.
Cómo niños espirituales que aún somos, creemos, que si no es mágico no viene de Dios. Cómo si el Sol debiera aparecer en un segundo en el medio del cielo, como en los dibujos animados, para se obra de Dios, y sino, estamos tremendamente decepcionados, al comprobar que el sistema está regido por leyes de la física, cómo si las leyes de la física no fuesen creadas por Dios.
Vivimos con un mago genial, y nos acostumbramos tanto a su genialidad que ya no lo notamos.
Vemos crecer las plantas, en una maravilla de milagro inexplicable, en la que una pequeña semilla logra transformarse en un enorme árbol sin ninguna intervención, sin ninguna ayuda, y nos parece normal, no nos llama la atención.
Vemos volar un pájaro y nos parece normal y natural, cómo si pudiésemos hacerlo nosotros mismos, cómo si nosotros pudiésemos crear un pájaro con un poco de tierra, un poco de polvo de estrellas, - ya que eso es exactamente el polvo, la tierra, el polvo creado en los hornos estelares -.
Me parece que ya es momento de crecer, de pensar como adultos, y aceptar, que los mecanismos que descubrimos, que descubre la ciencia, son exactamente eso, mecanismos. Pero, que por ser mecanismos, no dejan de ser los mecanismo de Dios para realizar determinadas cosas, o todas las cosas.
No podemos seguir reduciendo todo lo que vemos a un nivel humano, o sea, no podemos pensar que que las cosas son como las vemos desde nuestra corta perspectiva humana. ¿Acaso el bebé recién nacido entiende porque el padre va a trabajar?, ¿o cómo se fabrica la papilla que su madre le lleva a la boca?
Dios disfruta de la creación, de su creación, de los mecanismos que Él ha creado, - como dicen los hindúes: es el gran disfrutador-.
Dios no tiene apuro, ¿porque se apuraría en crear un sistema solar en siete días humanos?, ¿o crear un hombre listo para salir a caminar, -como pensamos a veces que fueron Adán y Eva -, y de esa manera perderse de la evolución de millones de estadíos intermedios?
Dios tiene tiempo, de echo todo el tiempo. Si pensamos que Dios es infinito lo que le sobra es tiempo, así que ¿porqué se apuraría?
Aquí llegamos al eterno error, y es el de confundir al creador con la creación. Dios es el creador, y nosotros y todo lo demás, su creación. Aunque la creación está en el creador el creador no está en su creación. Dios es Dios, y sus creaturas, son eso, sus creaturas.
Sigamos descubriendo mecanismos. Es maravilloso ver estos mecanismos, cómo funcionan los átomos, las partículas, las estrellas, el tiempo, el ADN, y millones de otras cosas, pero no olvidemos que todo ello es creado por Dios, quién es el origen y el fin. El Alfa y el Omega. De Él sale todo y al Él regresa todo una vez cumplido su ciclo.

Hay niños, que cuando descubren como el mago ha hecho desaparecer la paloma dicen "no juego más", o, "no es mago, estoy decepcionado", esos son los ateos, los que reniegan de Dios porque no encuentran la magia que quisieran; y hay otros niños, aquellos, que viendo el acto de magia, y más aún, descubriendo el truco, simplemente dicen "más, más", "otra, otra", aún habiendo visto como el mago realizó el truco, quedan asombrados y maravillados, y piden más, esos son los creyentes, los que ven a Dios en todas partes y que comprenden a Dios en su creación..
El que no cree en Dios es cómo si estuviese ciego. Aunque mira no ve. Mira un árbol y cree que es sólo una cuestión de probabilidades, que para que un árbol exista simplemente hay que crear un sistema solar, en el lugar exacto de la galaxia, a la distancia exacta de una estrella, con el nivel exacto de temperaturas, gases, minerales, y esperar simplemente cuatro mil millones de años de evolución para luego estirar la mano para agarrar una manzana.
¡Simplemente!!
Pero más simplemente crear un ser humano!, que además tiene conciencia de sí mismo, que mira un árbol y dice: "simplemente es un árbol".
Pienso: ¿dónde estaban estos niños cuando el universo fue creado?

Dios nos tiene mucha paciencia, si, mucha paciencia.

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