• Un único Dios ISBN 9789873324383, y El observador ISBN 9789873324376
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El genesis y la ciencia

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La biblia y el pueblo elegido

El Eden, Adan y Eva


Leamos la creación del Edén:

« (…) no había aún en la tierra arbusto alguno del campo, y ninguna hierba del campo había germinado todavía, pues Yahveh Dios no había hecho llover sobre la tierra, ni había hombre que labrara el suelo. Pero un manantial brotaba de la tierra, y regaba toda la superficie del suelo. Entonces Yahveh Dios formó al hombre con polvo del suelo, e insufló en sus narices aliento de vida, y resultó el hombre un ser viviente.

Luego plantó Yahveh Dios un jardín en Edén, al oriente, donde colocó al hombre que había formado.

Yahveh Dios hizo brotar del suelo toda clase de árboles deleitosos a la vista y buenos para comer, y en medio del jardín, el árbol de la vida y el árbol de la ciencia del bien y del mal. De Edén salía un río que regaba el jardín, y desde allí se repartía en cuatro brazos. El uno se llama Pisón: es el que rodea todo el país de Javilá, donde hay oro.

El oro de aquel país es fino. Allí se encuentra el bedelio y el ónice.

«El segundo río se llama Guijón: es el que rodea el país de Kus. El tercer río se llama Tigris: es el que corre al oriente de Asur. Y el cuarto río es el Éufrates. Tomó, pues, Yahveh Dios al hombre y le dejó en al jardín de Edén, para que lo labrase y cuidase. Y Dios impuso al hombre este mandamiento: "De cualquier árbol del jardín puedes comer, mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás, porque el día que comieres de él, morirás sin remedio." Dijo luego Yahveh Dios: "No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada." Y Yahveh Dios formó del suelo todos los animales del campo y todas las aves del cielo y los llevó ante el hombre para ver cómo los llamaba, y para que cada ser viviente tuviese el nombre que el hombre le diera.

«El hombre puso nombres a todos los ganados, a las aves del cielo y a todos los animales del campo, mas para el hombre no encontró una ayuda adecuada. Entonces Yahveh Dios hizo caer un profundo sueño sobre el hombre, el cual se durmió. Y le quitó una de las costillas, rellenando el vacío con carne.

De la costilla que Yahveh Dios había tomado del hombre formó una mujer y la llevó ante el hombre. Entonces éste exclamó: "Esta vez sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Esta será llamada mujer, porque del varón ha sido tomada." Por eso deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer, y se hacen una sola carne. Estaban ambos desnudos, el hombre y su mujer, pero no se avergonzaban uno del otro.» (Génesis 2:5-25)

Es claro, para mi, que este segundo relato de creación es sólo del Edén, la creación general, por así decirlo, ya estaba funcionando paralelamente y con anterioridad. El hombre al que da vida en este momento Dios es Adán, no la especie humana, los humanos ya caminaban por el planeta hacía tiempo.

También al crear a la mujer de su costado, no crea a todas las mujeres sino a Eva, la compañera de Adán en el Edén.

Sigamos adelante.

Adán y Eva son creados y Dios les entrega el Edén para que vivan. Allí, Él también pone el árbol del que no deben comer, lo que les advierte explícitamente, «Y Dios impuso al hombre este mandamiento:

"De cualquier árbol del jardín puedes comer, mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás, porque el día que comieres de él, morirás sin remedio".» (Génesis 2:16-17).

Ya conocemos la historia, la serpiente convence a Eva, quien come del fruto y se lo ofrece a Adán quien también come. Muy mal hecho, muy mal hecho, pero muy necesario para la historia, y ya veremos por qué. ¿Es que acaso Dios sabía que iban a comer, y lo dejó ahí, sin custodia, justamente para que comieran? Sí, yo creo que sí. Todo tiene su motivo, en la Biblia todo tiene su motivo. Ahora lo puedo ver y quiero compartirlo con ustedes.

¿Qué ocurrió al comer este fruto?

Al comerlo adquirieron conciencia, y se dieron cuenta, pudieron ver más allá: comprendieron que son los únicos que tuvieron esa posibilidad. Ningún otro ser que poblaba el planeta pudo hacerlo, así que ellos, y su descendencia, son los únicos que tienen la mente preparada para ver y entender. Esto es muy importante, tan importante que va a marcar una gran diferencia. Ya volveremos sobre este párrafo más adelante.

Por haber comido el fruto prohibido Dios echa a Adán y Eva del Edén y a partir de ese momento ellos deben hacerse cargo de sus vidas, deben trabajar y conseguir su propio sustento.

 

-Un momento. Un momento. Si Dios quería que comieran ¿por qué los castiga? -pregunta Lautaro-.

-Todo a su tiempo, ya vamos a ver el porqué -le respondo-.

 

Continuamos con la lectura. Adán y Eva tienen dos hijos, Caín y Abel. Caín en un arrebato de furia mata a Abel y queda solo, solo con Adán y Eva, sus padres.

En este punto es importante repensar lo leído. Veamos…, Adán y Eva parecen ser las únicas dos personas del mundo -si nos atenemos a la idea mas tradicional de que son los primeros de la humanidad-, y ahora tienen un hijo ya que el otro había muerto. Pero la Biblia dice:

«Caín salió de la presencia de Yahveh, y se estableció en el país de Nod, al oriente de Edén.

Conoció Caín a su mujer, la cual concibió y dio a luz a Henoc. Estaba construyendo una ciudad, y la llamó Henoc, como el nombre de su hijo.» (Génesis 4:16-17).

¡¿…?!

¿Cómo conoció Caín a su mujer?, ¿y qué país era ése?, ¿acaso había alguien más además de Adán y Eva y su hijo? Ésta, ésta es la clave para comprender la Biblia, para comprender el motivo de ser del pueblo judío y de su Alianza con Dios, el porqué de ser el Pueblo Elegido, su destino.

Piezas de un rompecabeza, un rompecabeza maravillosamente perfecto, como toda la creación, y con la firma perfecta de Dios.

Tomemos nota mental de esta situación porque es fundamental para poder seguir adelante: Adán y Eva, claramente, no son los primeros humanos sino los primeros del pueblo elegido de Dios. La humanidad ya existía cuando Adán y Eva son enviados, por Dios, a convivir con "los otros", estos "otros" eran los otros seres humanos.

Esto podría confirmar, de alguna manera, las sospechas que teníamos sobre los relatos de la creación, en los que se notaba que la humanidad había sido creada con anterioridad a Adán y Eva.

Analicemos lo narrado hasta aquí.

Dios crea la tierra y pone animales y plantas. Es posible que entre esos animales también estuviese la especie humana, que al evolucionar a través del tiempo a esa altura ya hubiese poblado el planeta. Dios había creado los animales y las plantas, y los humanos eran parte de esos animales, animales especiales pero animales al fin.

Cuando Dios echa del Edén a Adán y Eva, que son los primeros seres del pueblo judío (actual) -no los primeros sobre la tierra, sino los primeros del pueblo elegido-, estos se ven obligados a caminar junto a los otros habitantes del mundo. Aunque la Biblia no lo dice directamente, esto surge de manera tangencial, como quien ve por el rabillo del ojo, con la visión periférica.

Este punto es muy importante, muy importante. Es necesario tratar de abrir nuestra mente a esta realidad para poder comprender lo que va a venir y por qué va a ocurrir lo que va a ocurrir. Es lo que da sentido a todo, es fundamental repetirlo: ésta es la base sobre la que se va a asentar lo que sucede a continuación.

Bien…, si Caín conoce a su mujer, es porque había una mujer para conocer y que no era de la descendencia de Adán y Eva, era de los otros, de los otros pueblos que ya existían, los humanos que ya habitaban en el planeta.

La compresión de esta situación me generó una gran inquietud: ¿por qué no se hablaba de ellos?, ¿por qué Dios no cuenta cómo se crearon con detalle?, ¿quiénes eran?, ¿su creación estaba implícita en la creación de los animales y las plantas? y me surgían muchas más preguntas que aún no podía responder.

Esto se estaba transformando en un enigma bastante complejo y, aunque no me había propuesto descifrarlo, no podía dejar de pensar en él.

Los días pasaban y seguíamos leyendo la Biblia con Lautaro, quien no me daba tregua, quería saber y quería que le explicara. Por la noche no se dormía si no le aclaraba las dudas que le habían surgido y sus ansias de saber me obligaban a analizar temas que yo ya había relegado a una carpeta mental de "sin solución".

Al continuar avanzando en la lectura, se sucedían las descripciones de quién engendró a quién y toda la cadena de padres a hijos. Esto siempre me llamó la atención, ¿cuál era el sentido de saber quién era quién?, ¿o conocer quién engendró a quién? Lo que sí surgía en todo momento era que este pueblo no se mezclaba, que trataba de mantenerse lo más puro posible, y permanentemente se trataba de demostrar que en ningún momento había sido interrumpida la cadena de sangre, o sea: todos eran descendientes directos de Adán y Eva.

En lecturas anteriores siempre me había molestado esta enumeración tan minuciosa, siempre me había parecido elitista, claro, esto fue antes de comprender por qué no se debían involucrar con otros en las genealogías, y lo necesario que era que no se mezclaran.

Por un lado tiene su lógica, si pensamos que en el Génesis Adán y Eva son los únicos seres humanos creados por Dios, pero a la vez, si son los únicos ¿cuál es el sentido de demostrar que la cadena de sangre no se interrumpe en ningún momento? Si son los únicos obviamente la cadena no se va a cortar nunca… Justamente, es necesario mostrar la descendencia directa porque había otros con los cuales era posible mezclarse y así cortar la cadena. Esos eran los otros pueblos, los otros habitantes de la tierra, los que no eran descendientes de Adán y Eva.

Pongamos estas piezas juntas y veamos qué tenemos hasta ahora:

Adán y Eva los primeros de un pueblo especial, estos seres tienen conciencia y conocimientos más allá de lo normal por haber comido del árbol del conocimiento, y la cadena de sangre de sus descendientes que no debe ser cortada.

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