• Un único Dios ISBN 9789873324383, y El observador ISBN 9789873324376
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La biblia y el pueblo elegido

Moises y las leyes


Moisés relata las leyes
Un pequeño extracto del Código Deuteronómico :

"Cuando hayas entrado en la tierra que Yahveh tu Dios te da, no aprenderás a cometer abominaciones como las de esas naciones.
No ha de haber en ti nadie que haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, que practique adivinación, astrología, hechicería o magia, ningún encantador ni consultor de espectros o adivinos, ni evocador de muertos. Porque todo el que hace estas cosas es una abominación para Yahveh tu Dios y por causa de estas abominaciones desaloja Yahveh tu Dios a esas naciones delante de ti.
Has de ser íntegro con Yahveh tu Dios. Porque esas naciones que vas a desalojar escuchan a astrólogos y adivinos, pero a ti Yahveh tu Dios no te permite semejante cosa.
Yahveh tu Dios suscitará, de en medio de ti, entre tus hermanos, un profeta como yo, a quien escucharéis"." (Deuteronomio 18:9-15).

La ley de Talión

""No tendrá piedad tu ojo. Vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie"." (Deuteronomio 18:9-15)

¡Qué diferencia existe entre esta ley y el "ofrecer la otra mejilla" de Jesús! ¡Qué cambio de paradigma va a significar Jesús! Pero no nos adelantemos, todo llega.


Muerte de Moisés

"Moisés acabó diciendo estas palabras a todo Israel: "He cumplido 120 años. Ya no puedo salir ni entrar. Y Yahveh me ha dicho: Tú no pasarás este Jordán. Yahveh tu Dios pasará delante de ti, él destruirá ante ti esas naciones y las desalojará. Será Josué quien pasará delante de ti, como ha dicho Yahveh.
Yahveh las tratará como trató a Sijón y a Og, reyes amorreos, y a su país, a los cuales destruyó.
Yahveh os los entregará, y vosotros los trataréis exactamente conforme a la orden que yo os he dado.
¡Sed fuertes y valerosos!, no temáis ni os asustéis ante ellos, porque Yahveh tu Dios marcha contigo: no te dejará ni te abandonará".
Después Moisés llamó a Josué y le dijo en presencia de todo Israel: "¡Se fuerte y valeroso!, tú entrarás con este pueblo en la tierra que Yahveh juró dar a sus padres, y tú se la darás en posesión. Yahveh marchará delante de ti, él estará contigo; no te dejará ni te abandonará. No temas ni te asustes"." (Deuteronomio 31:1-8).
(…)
" Yahveh dijo a Moisés: "He aquí que vas a acostarte con tus padres, y este pueblo se levantará para prostituirse yendo en pos de dioses extraños, los de la tierra en la que va a entrar. Me abandonará y romperá mi alianza, que yo he concluido con él. Aquel día montaré en cólera contra él, los abandonaré y les ocultaré mi rostro. Será pasto y presa de un sin fin de males y adversidades, de suerte que dirá aquel día: "¿No me habrán llegado estos males porque mi Dios no está en medio de mí?". Pero yo ocultaré mi rostro aquel día, a causa de todo el mal que habrá hecho, yéndose en pos de otros dioses"." (Deuteronomio 31:16-18)

Leo esto y siento pena por Moisés, Dios no le va a permitir entrar a la Tierra Prometida y ahora además debe ceder el mando a Josué, quien había sido su ayudante.

"Moisés subió de las Estepas de Moab al monte Nebo, cumbre del Pisgá, frente a Jericó, y Yahveh le mostró la tierra entera: Galaad hasta Dan, todo Neftalí, la tierra de Efraím y de Manasés, toda la tierra de Judá, hasta el mar Occidental, el Négueb, la vega del valle de Jericó, ciudad de las palmeras, hasta Soar. Y Yahveh le dijo:
"Esta es la tierra que bajo juramento prometí a Abraham, Isaac y Jacob, diciendo: A tu descendencia se la daré. Te dejo verla con tus ojos, pero no pasarás a ella".
Allí murió Moisés, servidor de Yahveh, en el país de Moab, como había dispuesto Yahveh.
Le enterró en el Valle, en el País de Moab, frente a Bet Peor. Nadie hasta hoy ha conocido su tumba. Tenía Moisés 120 años cuando murió; y no se había apagado su ojo ni se había perdido su vigor.
Los israelitas lloraron a Moisés treinta días en las Estepas de Moab; cumplieron así los días de llanto por el duelo de Moisés. Josué, hijo de Nun, estaba lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés le había impuesto las manos.
A él obedecieron los israelitas, cumpliendo la orden que Yahveh había dado a Moisés.
No ha vuelto a surgir en Israel un profeta como Moisés, a quien Yahveh trataba cara a cara, nadie como él en todas las señales y prodigios que Yahveh le envió a realizar en el país de Egipto, contra Faraón, todos sus siervos y todo su país, y en la mano tan fuerte y el gran terror que Moisés puso por obra a los ojos de todo Israel"." (Deuteronomio 34:1-12)
 

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