• Un único Dios ISBN 9789873324383, y El observador ISBN 9789873324376
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El genesis y la ciencia

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La biblia y el pueblo elegido

LA DEPORTACION EXTRANJEROS EN TIERRA EXTRAÑA - La Biblia


En el año 720, el rey de Asiria conquista Samaría y deporta a los israelitas a Asiria en Jalaj.
¿Cuáles son las connotaciones de esta deportación?, ¿y cómo afectó a los otros cultos, a los cultos de "los otros"?

"Sucedió que, cuando comenzaron a establecerse allí, no veneraban a Yahveh, y Yahveh envió contra ellos leones que mataron a muchos. Entonces dijeron al rey de Asiria: "Las gentes que has hecho deportar para establecerlas en las ciudades de Samaría no conocen el culto del dios de la tierra, y ha enviado contra ellos leones que los matan, porque ellos no conocen el culto del dios de la tierra".
El rey de Asiria dio esta orden: "Haced partir allá a uno de los sacerdotes que deporté de allí; que vaya y habite allí y les enseñe el culto del dios de la tierra". Vino entonces uno de los sacerdotes deportados de Samaría, se estableció en Betel y les enseñó cómo debían reverenciar a Yahveh. Pero cada nación se hizo sus dioses y los pusieron en los templos de los altos que habían hecho los samaritanos, cada nación en las ciudades que habitaba...

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El regreso a Jerusalen


EL REGRESO A CASA LUEGO DE UN TRABAJO BIEN HECHO

"En el año primero de Ciro, rey de Persia, en cumplimiento de la palabra de Yahveh, por boca de Jeremías, movió Yahveh el espíritu de Ciro, rey de Persia, que mandó publicar de palabra y por escrito en todo su reino:
"Así habla Ciro, rey de Persia: Yahveh, el Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra. El me ha encargado que le edifique una Casa en Jerusalén, en Judá. Quien de entre vosotros pertenezca a su pueblo, sea su Dios con él. Suba a Jerusalén, en Judá, a edificar la Casa de Yahveh, Dios de Israel, el Dios que está en Jerusalén. A todo el resto del pueblo, donde residan, que las gentes del lugar les ayuden proporcionándoles plata, oro, hacienda y ganado, así como ofrendas voluntarias para la Casa de Dios que está en Jerusalén".
Entonces los cabezas de familia de Judá y Benjamín, los sacerdotes y los levitas, todos aquellos cuyo ánimo había movido Dios, se pusieron en marcha para subir a edificar la Casa de Yahveh en Jerusalén; y todos sus vecinos les proporcionaron toda clase de ayuda: plata, oro, hacienda, ganado, objetos preciosos en cantidad, además de toda clase de ofrendas voluntarias...

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El riesgo de que los judios se mezclaran con los otros pueblos


LA CADENA DE SANGRE SE PONE EN RIESGO. "Despidieron tanto a las mujeres como a sus hijos".

"Concluido esto, se me presentaron los jefes diciendo:
"El pueblo de Israel, los sacerdotes y los levitas no se han separado de las gentes del país, hundidas en sus abominaciones -cananeos, hititas, perizitas, jebuseos, ammonitas, moabitas, egipcios y amorreos-, sino que han tomado para ellos y para sus hijos mujeres de entre las hijas de ellos: la raza santa se ha mezclado con las gentes del país; los jefes y los consejeros han sido los primeros en esta rebeldía".
Al oír esto rasgué mis vestiduras y mi manto, me arranqué los pelos de la cabeza y de la barba, y me senté desolado.
Todos los temerosos de las palabras del Dios de Israel se reunieron en torno a mí, a causa de esta rebeldía de los deportados. Yo permanecí sentado, desolado, hasta la oblación de la tarde. A la hora de la oblación de la tarde salí de mi postración y, con las vestiduras y el manto rasgados, caí de rodillas, extendí las manos hacia Yahveh mi Dios, y dije:
"Dios mío, harta vergüenza y confusión tengo para levantar mi rostro hacia ti, Dios mío. Porque nuestros crímenes se han multiplicado hasta sobrepasar nuestra cabeza, y nuestro delito ha crecido hasta el cielo. Desde los días de nuestros padres hasta el día de hoy nos hemos hecho muy culpables: por nuestros crímenes fuimos entregados, nosotros, nuestros reyes y nuestros sacerdotes, en manos de los reyes de los países, a la espada, al cautiverio, al saqueo y al oprobio, como todavía hoy sucede...

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La resistencia de Macabeos - La Biblia


Y PASARON A LA CLANDESTINIDAD

En una época posterior a Alejandro de Macedonia, hijo de Filipo, también conocido como Alejandro Magno, reina Antíoco Epífanes en Siria, esto acontece aproximadamente en el año 170 antes de Cristo (ciento setenta antes de Cristo).

"En aquellos días surgieron de Israel unos hijos rebeldes que sedujeron a muchos diciendo:
"Vamos, concertemos alianza con los pueblos que nos rodean, porque desde que nos separamos de ellos, nos han sobrevenido muchos males". Estas palabras parecieron bien a sus ojos, y algunos del pueblo se apresuraron a acudir donde el rey y obtuvieron de él autorización para seguir las costumbres de los gentiles. En consecuencia, levantaron en Jerusalén un gimnasio al uso de los paganos, rehicieron sus prepucios, renegaron de la alianza santa para atarse al yugo de los gentiles, y se vendieron para obrar el mal.
Antíoco, una vez asentado en el reino, concibió el proyecto de reinar sobre el país de Egipto para ser rey de ambos reinos. Con un fuerte ejército, con carros, elefantes, (jinetes) y numerosa flota, entró en Egipto y trabó batalla con el rey de Egipto, Tolomeo.
Tolomeo rehuyó su presencia y huyó; muchos cayeron heridos.
Ocuparon las ciudades fuertes de Egipto y Antíoco se alzó con los despojos del país.
El año 143, después de vencer a Egipto, emprendió el camino de regreso.
Subió contra Israel y llegó a Jerusalén con un fuerte ejército...

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Las invasiones de Jerusalen - La Biblia


JERUSALÉN, NI TUYA NI MÍA…

Antíoco vuelve a tomar Jerusalén.

"Así pues, Antíoco, llevándose del Templo 1.800 talentos, se fue pronto a Antioquía, creyendo en su orgullo que haría la tierra navegable y el mar viable, por la arrogancia de su corazón.
Dejó también prefectos para hacer daño a la raza: en Jerusalén a Filipo, de raza frigia, que tenía costumbres más bárbaras que el le había nombrado; en el monte Garizim, a Andrónico, y además de éstos, a Menelao, que superaba a los demás en maldad contra sus conciudadanos.
El rey, que albergaba hacia los judíos sentimientos de odio, envió al Misarca Apolonio con un ejército de 22.000 hombres, y la orden de degollar a todos los que estaban en el vigor de la edad, y de vender a las mujeres y a los más jóvenes. Llegado éste a Jerusalén y fingiendo venir en son de paz esperó hasta el día santo del sábado. Aprovechando el descanso de los judíos, mandó a sus tropas que se equiparan con las armas, y a todos los que salían a ver aquel espectáculo, los hizo matar e, invadiendo la ciudad con los soldados armados, hizo caer una considerable multitud. Pero Judas...

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 Registros 1 a 5 de 5

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