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El secreto
El secreto.
El universo.
La sincronicidad. Las teorías cuánticas aplicadas a la vida cotidiana.
Mucha confusión.
Llevamos dos mil años de historia después de Cristo y aún hay resabios
politeístas, todavía se escuchan comentarios como: "yo creo en algo más grande
que Dios", o "yo creo en el universo". ¿No es un anacronismo? Creer en el
universo como rector de nuestras vidas es tan moderno como un dinosaurio, ¿qué
diferencia hay entre el dios sol y el dios universo? ¿el tamaño? Si Dios es el
creador de todo, es obvio que Dios crea los universos, no sólo éste, sino todos
los universos. Por lo tanto ¿cómo puede haber algo más grande que Dios? A no ser
que la idea de Dios sea de algo bastante pequeña, tal vez del tamaño del
universo.
También coexiste toda una línea de creencias nuevas, que mezclan a la física
cuántica con Dios. Regresamos a lo mismo, las partículas subatómicas y sus
comportamientos, que describe la física de partículas, la física cuántica,
simplemente describe una parte de la creación, no al creador.
Otra vez aquello que excede la mente del observador se convierte en Dios, ¿no lo
habíamos superado? No, no, no, todavía no, pero ya falta menos, serán unos miles
de años más y tal vez podamos creer en un sólo Dios y ya no necesitemos ídolos,
o estatuas, o estampitas, y podamos ver en cada cosa una representación de Dios.
También contamos en estos últimos años con un nuevo credo del capitalismo
liberal y su evangelio "El secreto" y su dios dinero, donde los marketineros de
las multinacionales han creado el dogma exacto que reúne los requisitos de los
productores, en los que los seres humanos son sólo consumidores, y llevan
delante un gran cartel que dice: "Deseen Deseen". Frase que se transmite
inmediatamente en "Compren Compren", así mantienen funcionando sus descomunales
fábricas contaminantes; y, genialmente, lo nombraron "El secreto" para,
subliminalmente, hacer que todos se lo cuenten a alguien. Pero eso no termina
allí, no es sólo deseo y compra, sino que detrás de ello viene la frustración
por no poder comprar, y la presión que sienten muchos al no poder alcanzar el
molde de belleza y riqueza impuesto. Además, los que no llegan, simplemente son
excluidos; si no pueden comprar, no sirven, pero igual se los mantiene en la
periferia para que sigan deseando, así, la esperanza de que algún día tendrán,
los mantiene quietos. Estos genios capitalistas han hecho un maravilloso
"rejunte" de ciencia y tecnología, con sentimientos egoístas, física cuántica, y
abandono de la culpa por el deseo. El lema es: no tengas culpa, desea, desea, el
universo te lo va a dar porque te lo mereces, todo está en tu mente, no hay
dios, no hay consecuencias.
Dice el Bhagavad Gita libro sagrado del hinduismo:
"Quien extirpa todo deseo y vive libre de egoísmo, aflicción y vanidad, obtiene
la suprema paz." Bhagavad Gita 2:71
"Tanto el camino de la renuncia, como el camino de la acción desinteresada, nos
llevan al estado de la Dicha Suprema. Sin embargo, de los dos, es mejor el
camino de la acción con desapego que el de la mera renuncia. Como auténtico
renunciante, se considera a aquél que nada desea y que nada aborrece. Pues aquél
que no se ve afectado por los paros de opuestos, pronto ha de encontrar su
liberación. Sólo el ignorante, y nunca el sabio, considera que la renuncia a la
acción y la adoración mediante las obras puras son dos cosas diferentes. Cuando
uno se entrega con toda su alma a uno de estos dos caminos, con seguridad
alcanza la meta a la que ambos conducen. Aquéllos que hacen vida de renuncia
logran la misma victoria que los que actúan con desapego. Entiende, pues, que el
sabio es aquél que no hace diferencias entre la renuncia a la acción y la acción
con desapego. Ambas coexisten, pues tienen la misma esencia. Pero sin practicar
el Yoga de la acción pura, muy difíciles, oh Arjuna, hacer vida de renuncia.
Cuando un sabio logra entregarse a la acción libre de apego, pronto ha de
alcanzar la unión con Dios. Las acciones no pueden atar al hombre de corazón
puro, que tiene sus sentidos en armonía y ha entregado su voluntad a la fuerza
que le da vida. Su alma vive en la conciencia de unidad con todo lo que existe.
El hombre que está en armonía y que ha sido iniciado en la visión interior de la
verdad, con certeza piensa: "Yo no hago riada". Pues cuando ve, o huele, o toca,
u oye, o come, o duerme, o anda, o respira. O cuando habla o toca cosas, o las
suelta, incluso cuando abre o cierra sus ojos, él siempre recuerda: "Son tan
sólo los sirvientes de mi alma que, siguiendo sus órdenes, ejecutan acciones".
Ofrece a Dios todas sus acciones, y realiza tu trabajo libre de todo deseo
egoísta. Así, libre estarás del alcance del pecado; al igual que las aguas
mugrientas no pueden alcanzar las hojas del loto, pues siempre flotará sobre
ellas." (Bhagavad Gita capitulo 5:2-10).
"El devoto que renuncia al fruto de sus acciones, consigue la paz eterna. Por el
contrario, el hombre que, acuciado por sus deseos y carente de devoción, busca
la recompensa de sus acciones, de este modo se encadena a la esclavitud del
apego a los resultados. Aquella alma realizada que ha entregado su mente,
desapegándola de todo resultado, y que descansa en la dicha de la paz que
encuentra dentro del castillo de nueve puertas (que es su cuerpo), jamás actuará
por egoísmo, ni inducirá a otros a actuar así." (Bhagavad Gita capitulo 5:12-13)
Aquel que se aplica a lo que debe ser evitado y no se aplica a lo que debe ser
obtenido y abandona su búsqueda, abocándose a los placeres, envidiará al que ha
procedido de modo contrario.
No identificarse con lo que es agradable ni identificarse con lo que es
desagradable; no mirar a lo que es placentero ni a lo que es displacentero,
porque en ambos lados hay dolor.
Evita la identificación con lo querido, porque la separación de ello representa
dolor; las ataduras no existen para aquel que no hace diferencias entre querido
y no querido.
Del placer nace el sufrimiento; del placer nace el miedo. Para aquel totalmente
libre de placer no hay dolor, y mucho menos miedo.
Del deseo surge el dolor; del deseo surge el miedo. Para aquel que está libre de
deseo ni hay dolor ni mucho menos miedo.
Del apego surge el sufrimiento; del apego surge el miedo. Para aquel que está
libre de apego ni hay dolor ni mucho menos miedo.
De la avidez surge el sufrimiento; de la avidez surge el miedo. Para aquel que
está libre de avidez ni hay dolor ni mucho menos miedo.
Del aferramiento surge el sufrimiento; del aferramiento surge el miedo. Para
aquel que esta libre de aferramiento ni hay dolor ni mucho menos miedo.
El que es perfecto en virtud y Visión Cabal está establecido en la Doctrina,
dice la verdad y cumple su deber y es venerado por la gente.
El que ha desarrollado el anhelo por lo Incondicionado tiene la mente motivada y
no condicionada por los placeres materiales, es denominado uno que No-retorna.
Dhammapada - Buda (Capítulo 16: Apego, 209:218)