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Abraham - primer acercamiento a Egipto
Historia de Abraham
Desde Noé hasta Abraham pasan aproximadamente cuatrocientos años. Éste es des-cendiente
directo de Noé por lo que la cadena de sangre continúa indemne.
Abraham era la cabeza de los hebreos cuando se mudaron a tierra de Egipto -
Egipto es parte de "los otros", no es parte del pueblo elegido -, allí, Abraham,
por miedo a que los egipcios lo mataran para sacarle a su mujer Sara, les
miente, les dice que era su hermana.
Al parecer Sara era una mujer hermosa, tanto que llamó inmediatamente la
atención de los egipcios, por lo que es llevada ante el faraón quien la toma
para sí. Al mismo tiempo, el soberano, trata bien a Abraham, quien se ve
beneficiado por esta situación. Pero he aquí que la Biblia señala que Yahveh
(nombre que los hebreos daban a Dios) castiga al monarca por haber tomado a
Sara. El faraón le recrimina a Abraham: ¿Por qué me hiciste esto?, ¿por qué no
me avisaste que era tu mujer?
Está claro que el faraón, dentro de ciertos límites, no había tenido intención
de actuar de forma deshonesta y se enoja al tomar conciencia de que había
actuado mal porque lo habían engañado. Al darse cuenta y, por lo visto, haber
asociado que a causa de sus viles actos algo nefasto le estaba pasando a él o a
Egipto, le dice a Abraham: toma tus cosas y a tu mujer y vete..
ABRAHAM Y SU HIJO LOT, SODOMA Y GOMORRA
Al leerle el Antiguo Testamento a mi hijo Lautaro me doy cuenta de la violencia
permanente que hay en su relato. Siempre me pareció una narración dura y
violenta, pero ahora, a través de sus ojos, los ojos de un niño de nueve años,
me parece mucho más grave, al punto que voy leyendo y le voy contando con mis
palabras lo que acontece, sólo si considero que puedo leerle el párrafo
textualmente se lo leo tal cual está escrito.
No quiero que él se haga la idea de que Dios es malo, o violento. Aunque
entiendo, que si se miran las acciones de Dios desde una perspectiva puramente
humana, se pueda considerar que lo que este hace, sea simplemente violencia.
Podemos pensarlo de esta manera, Dios pinta un cuadro, con todas las ganas,
todas las expectativas de que sea una obra de arte, pero con una salvedad, deja
que parte de las pinceladas se pinten a sí mismas. Él no pinta todo el cuadro
sino la base, y luego les da a los colores, a las pinceladas, el libre albedrío,
el famoso libre albedrío para que terminen la obra. Es allí donde queda claro
que hay partes de ese cuadro que están quedando mal y empiezan a arruinar la
pintura general, esas partes son borradas por Él para que no se extiendan por el
lienzo arruinando todo el trabajo. Debemos recordar en todo momento -por ejemplo
al leer sobre el diluvio-, que las almas no se pueden matar, las almas son
inmortales . Dios les permite encarnar como personas y Dios las retira del juego
si se han desviado del camino.
El pueblo elegido tiene, en algunos momentos, la función de corrector. Es
él el encargado de borrar algunas de las pinceladas y también el responsable de
dar las pautas para las próximas...
Abraham en Guerar
"Trasladóse de allí Abraham al país
del Négueb, y se estableció entre Cadés y Sur. Habiéndose avecindado en Guerar,
decía Abraham de su mujer Sara: "Es mi hermana". Entonces el rey de Guerar,
Abimélek, envió por Sara y la tomó. Pero vino Dios a Abimélek en un sueño
nocturno y le dijo: "Date muerto por esa mujer que has tomado, y que está
casada".
Abimélek, que no se había acercado a ella, dijo: "Señor, ¿es que asesinas a la
gente aunque sea honrada? ¿No me dijo él a mí: "Es mi hermana", y ella misma
dijo: "Es mi hermano?" Con corazón íntegro y con manos limpias he procedido". Y
le dijo Dios en el sueño: "Ya sé yo también que con corazón íntegro has
procedido, como que yo mismo te he estorbado de faltar contra mí. Por eso no te
he dejado tocarla. Pero ahora devuelve la mujer a ese hombre, porque es un
profeta; él rogará por ti para que vivas. Pero si no la devuelves, sábete que
morirás sin remedio, tú y todos los tuyos".
Levantóse Abimélek de mañana, llamó a todos sus siervos y les refirió todas
estas cosas; los hombres se asustaron mucho. Luego llamó Abimélek a Abraham, y
le dijo: "¿Qué has hecho con nosotros, o en qué te he faltado, para que trajeras
sobre mí y mi reino una falta tan grande? Lo que no se hace has hecho conmigo".
Y dijo Abimélek a Abraham: "¿Qué te ha movido a hacer esto?". Dijo Abraham: "Es
que me dije: "Seguramente no hay temor de Dios en este lugar, y van a asesinarme
por mi mujer". Pero es que, además, es cierto que es hermana mía, hija de mi
padre aunque no de mi madre, y vino a ser mi mujer. Y desde que Dios me hizo
vagar lejos de mi familia, le dije a ella: Vas a hacerme este favor: a
dondequiera que lleguemos, dices de mí: Es mi hermano". Tomó Abimélek ovejas y
vacas, siervos y esclavas, se los dio a Abraham, y le devolvió su mujer Sara.
Y dijo Abimélek: "Ahí tienes mi país por delante: quédate donde se te antoje". A
Sara le dijo: "Mira, he dado a tu hermano mil monedas de plata, que serán para
ti y para los que están contigo como venda en los ojos, y de todo esto serás
justificada"...
El sacrificio de Abraham
"Después de estas cosas sucedió que
Dios tentó a Abraham y le dijo: "¡Abraham, Abraham!". El respondió: "Heme aquí".
Díjole: "Toma a tu hijo, a tu único, al que amas, a Isaac, vete al país de Moria
y ofrécele allí en holocausto en uno de los montes, el que yo te diga".
Levantóse, pues, Abraham de madrugada, aparejó su asno y tomó consigo a dos
mozos y a su hijo Isaac. Partió la leña del holocausto y se puso en marcha hacia
el lugar que le había dicho Dios.
Al tercer día levantó Abraham los ojos y vio el lugar desde lejos. Entonces dijo
Abraham a sus mozos: "Quedaos aquí con el asno. Yo y el muchacho iremos hasta
allí, haremos adoración y volveremos donde vosotros".
Tomó Abraham la leña del holocausto, la cargó sobre su hijo Isaac, tomó en su
mano el fuego y el cuchillo, y se fueron los dos juntos. (…)
Llegados al lugar que le había dicho Dios, construyó allí Abraham el altar, y
dispuso la leña; luego ató a Isaac, su hijo, y le puso sobre el ara, encima de
la leña. Alargó Abraham la mano y tomó el cuchillo para inmolar a su hijo.
Entonces le llamó el Ángel de Yahveh desde los cielos diciendo: ¡Abraham,
Abraham!" El dijo: "Heme aquí". Dijo el Ángel: "No alargues tu mano contra el
niño, ni le hagas nada, que ahora ya sé que tú eres temeroso de Dios, ya que no
me has negado tu hijo, tu único"." (Génesis 22:1-18)...
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